¿Cuándo comenzó su trayectoria en el reciclaje de ropa?
Llevo mucho tiempo en la industria del reciclaje. Tengo experiencia en el reciclaje de todo tipo de productos, desde equipos telefónicos, papel, libros y cartón hasta productos electrónicos, artículos para el hogar, zapatos y ropa. ¡ME ENCANTA!
¿Qué la llevó a Cycla?
El hecho de que los clientes dependan de la integridad de Cycla es algo que me atrajo desde el principio. La industria, Cycla y mi reputación se basan en la confianza y la integridad.
¿Puede compartir una historia memorable sobre su tiempo en Cycla?
He ocupado varios puestos a lo largo de los años. Hace años, dirigí un equipo de carga en nuestro almacén en Boston.
El trabajo requería mucha coordinación para garantizar que trabajáramos de manera eficiente, mantuviéramos el área limpia y segura y le proporcionáramos al comprador la mayor cantidad de peso posible con la más alta calidad de material de ropa acreditado.
A lo largo de los años, he visto casi todo en los contenedores de recolección, desde pequeños juguetes hasta juegos infantiles. También me he encontrado con artículos de alto precio y valor, como carteras, zapatillas, ropa de diseño y joyas. Estos artículos son esenciales para ofrecer a nuestros clientes el mejor rendimiento, pero conservarlos puede resultar tentador. Un buen jefe de piso tiene que vigilar el proceso de carga para asegurarse de que los artículos de alto valor no desaparezcan. Muchos estilos de gestión pueden lograr esto, pero yo prefiero predicar con el ejemplo.
A medida que cargamos los artículos, tenemos que buscar cosas que no pertenecen allí. Es habitual que nos encontremos con cajas de zapatos. Un día, mientras cargábamos un contenedor, vi una bonita caja de zapatos. La abrí para ver qué había dentro, ¡porque nunca se sabe! Uno de los trabajadores se dio cuenta de que era una caja de zapatos Louis Vuitton. Dentro de la caja había un par de zapatos negros clásicos Louis Vuitton nuevos y sin usar. La bolsa de terciopelo y las almohadillas de repuesto para el talón también estaban en la caja, pero eso no era todo. ¡Los zapatos eran del mismo tamaño que usa mi esposa!
¿Recuerdas la tentación que mencioné antes? Imagínense lo feliz que estaría mi esposa si llegara a casa con un nuevo par de zapatos Louis Vuitton que no nos costó $700.
Predicando con el ejemplo, hice lo que se suponía que debía hacer. Cerré la caja, la volví a poner en una de las bolsas y la llevé al remolque para que todos la vieran.
Un par de semanas después, llamé al cliente para ver cómo estaba y le pregunté si lo traerían, pero no lo hicieron. En cambio, me dijeron: “Era una carga típica de alta calidad”. Me alegro de que el cliente estuviera contento y pensara que la carga era “típica”, porque eso me dice que entregamos artículos de alto valor con regularidad y que el personal sigue mi ejemplo haciendo su trabajo con integridad.